26 de octubre de 2010

Doce fotografias, doce historias

Hay fotos que se explican solas y otras que necesitan un pequeño empujón. Instantáneas que se dejan fuera de encuadre retales de la historia que quieren contar. Son grandes trabajos del fotoperiodismo olvidado, testimonios gráficos de hechos insólitos pero que suplican una pequeña aclaración. A continuación un paseo anacrónico por una pequeña colección de ellas, en blanco y negro. Recomiendo imaginar, antes de leer, el contexto de cada una de las sugerentes o impactantes imágenes.



El ladrón de caridad.

1998. Sudán. Campamento de refugiados de Ajiep. Más de 100 personas mueren al día esperando una ración de arroz que llevarse a la boca. La peor y más ignorada crisis de hambre de la historia del país africano está en su punto álgido. La comunidad internacional, después de meses de desidia, consigue introducir ayuda en el país. El fotógrafo británico Tom Stoddart acompaña a una unidad de Médicos sin Fronteras hasta el campamento. Allí, en una de las interminables colas para recibir la caridad, capta la imagen de un niño lisiado mirando desconsoladamente a un adulto con una bolsa de cereales. La fotografía no cuenta que, cinco segundos antes, ese adulto había arrancado la bolsa de las manos del pequeño. El fotógrafo fue acusado de pasividad, recordando tristemente la historia de otra trágica fotografía.


Un toro en la Gran Vía.

1928. Las ovejas y vacas de muchos ganaderos madrileños pastan cotidianamente por la ribera del Manzanares, el río que serpentea al sur de la capital. Uno de los astados se escapa y decide adentrarse por el Puente de Segovia hacia el centro de la ciudad. Sembrando de heces y pánico los adoquinados más ilustres del reino. En Madrid, capital del mestizaje más castizo, no escaseaba por entonces la afición y, sin arte de magia, un torero podía aparecer de cualquier esquina y así fue. Diego Mazquiarán o el “Fortuna”, será recordado como el único torero que ha matado a ‘abrigo’ y espada un morlaco en plena Gran Vía.
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Chabolas en el paraíso.


1930. Estados Unidos apenas ha asumido el ‘Gran Crack’. Un pequeño poblado chabolista se ha asentado en lo que hoy es el suelo verde más preciado de Nueva York, el mismísimo Central Park. Los llaman los HooverVilles, en honor a la ineficacia del por entonces presidente de Estados Unidos;Herbert Hoover. Los desamparados se instalan muy cerca del ‘Belvedere Castle‘, en lo que se llamaría “La calle de la depresión”. El asentamiento desaparecería en abril de 1933, cuando se reanudaron los trabajos de adecuación del parque.


Hitler mimetizado.

1914. Adolf Hitler se alista en el ejército bávaro a pesar de ser un ciudadano austriaco. Entusiasmado con la nueva guerra, el 2 de agosto de ese mismo año acude en Munich a la manifestación multitudinaria en defensa de la declaración de hostilidades contra Rusia. La fotografía no es una reliquia rescatada con aleatoriedad. La instantánea fue tomada, y más tarde recuperada, por Heinrich Hoffmann a la postre fotógrafo personal del Gran Dictador.


Inocentes.

1984. 3 de Diciembre. 42 toneladas de un potente pesticida se escapan a la atmósfera en la ciudad deBophal. La ‘Bagdag de la India’. El deficiente mantenimiento y la negligencia sostenida en la dirección de la fábrica de la Unión Carbide provocó un desastre de proporciones ‘quijotescas’. Más de 20.000 personas murieron -y siguen muriendo- desde la descomposición de la nube tóxica en cianuro, fosgeno y otros gases. Decenas de abortos espontáneos congestionaron la maternidad del hospital municipal de Hamidia. Los fetos se conservaron y clasificaron para estudiar las causas de la muerte.


El intercambio de camisetas que nunca tuvo lugar.

1966. Mundial de fútbol de Inglaterra. La selección anfitriona gana en cuartos de final a Argentina por un gol a cero en un partido muy bronco y polémico. El entrenador de los locales, Alf Ramsey, había tachado a los jugadores argentinos de bestias y animales durante la previa. Al finalizar la contienda vio como su lateral derecho George Cohen intenta intercambiar la camiseta con el argentino Mario González. Sin dudar un instante, acudió raudo a impedir el trueque bajo la atenta mirada del fotógrafo que inmortalizó aquella afrenta a los principio básicos de la deportividad.


La humillación.

1944. El majestuoso acorazado USS New Jersey había servido en la 5ª flota durante el asalto aliado a las Islas Marshall. En diciembre de ese mismo año, y ya como integrante de la 3ª flota de los Estados Unidos, se desplazó como apoyo a las fuerzas aliadas que operaban desde las Filipinas hasta Okinawa. En la foto, de carácter eminentemente propagandístico, puede verse a uno de los prisioneros japoneses aseándose y despiojándose -totalmente desnudo- antes de ponerse el uniforme de servicio y ante la atenta mirada de toda la tripulación.


Comité infantil de bienvenida.

1948. Berlín occidental. La Unión Soviética tenía bloqueado completamente el oeste de la ciudad, amenazando con matar de hambre a más de dos millones de personas. El presidente Truman decide organizar unos vuelos para distribuir más de 700 toneladas de alimentos por semana en lo que se llamaría el ‘puente aéreo’ estadounidense. Los primeros vuelos provocaron el júbilo y alivio de los asediados al mismo tiempo que enojaban enormemente a los soviéticos. Fueron necesarios un año y más de 27.000 vuelos para que en Mayo de 1949 terminara por descomponerse el bloqueo.


Escaparate de Cabezas.

1938. Porto da Folha, Brasil. Las bandas al margen de la ley se multiplicaban y actuaban con impunidad en la mitad norte del país. La lucha de las autoridades por erradicar sus actividades ilícitas se volvió paradójica y disparatada con las exhibiciones de trofeos de los clanes detenidos y ajusticiados. En la imagen, la famosa banda de los Lampião (Virgolino Ferreira da Silva, su mujer María Gomes Bonita y sus nueve escuderos)… presta sus cabezas inertes para el escarnio público en la escalinata de la Iglesia de Santana do Ipanema. Lección de casquería inventada por la policía para escarmiento de los que intentaban imitar a los malhechores.


La soledad del refugio.

1966. Texas. EEUU. Un estudiante de la Universidad de Austin llamado Charles Joseph Whitman se convierte en el autor de una de las masacres más sanguinarias de la historia de la universidad norteamericana hasta los tiroteos de Virginia Tech en 2007. El 1 de Agosto de ese mismo año se encaramó a la torre del campus con dos fusiles y dos recortadas para asesinar a 13 personas y herir a otras 31. En la imagen, uno de los cadáveres yace muy cerca de una transeúnte escondida y atenazada por el pánico.


El hueco que dejó ella.

1911. 22 de Agosto. Las paredes del museo del Louvre de París amanecen con una ausencia irreemplazable. Los rotativos de media Europa sacan ediciones de urgencia con la fotografía del vacío. El retrato que un día perteneció a Luis XIV, que adornó la alcoba del mismísimo Napoleón y que salió de las manos del polifacético maestro Leonardo da Vinci había desaparecido. Un carpintero italiano que se escondió la noche anterior en los sótanos del insigne museo aprovechó para descolgar la eterna sonrisa de La Gioconda y esconderla bajo su guardapolvo. La pintura se recuperaría un par de meses más tarde.


El beso.

1967. 17 de Julio. Florida. El fotógrafo norteamericano Rocco Morabito se encuentra de servicio para el periódico local de Jacksonville cuando un fuerte estruendo le sorprende de camino a su automóvil. Un operario de las líneas eléctricas nacionales había sufrido una aparatosa descarga de más de 4.000 voltios y se encontraba inconsciente colgado a más de 12 metros de altura. Mientras su compañero intentaba reanimarle con ‘el beso de la vida’, Rocco aprovechó para desenfundar la cámara y fabricar el premio Pulitzer de 1968. 
Via kurioso.

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